domingo, 26 de julio de 2020

LINCE - Gestación Omega (parte 2)







LINCE -   GESTACIÓN OMEGA
(PARTE 2)



DISEÑO DE PERSONAJES Y ARTE: GERMÁN ALEJANDRO FIGUEROA
COLOR: GERMÁN ALEJANDRO FIGUEROA
NARRACIÓN Y DIÁLOGOS: JON VILA
ARGUMENTO Y DIÁLOGOS: SILVIO ROUCO
EDITOR: DIEGO GREBOL


C.A.B.A. - BUENOS AIRES - ARGENTINA - 12.07 am


El timbre se disparó de golpe, como una alarma de incendios. Una premonitoria. 
La estampida de los de quinto baja las escaleras entre gritos. Atrás, los de séptimo, 
Un gordito desafía a Leo, su mejor amigo: con un empujón de mejor-amigo:
-“El ultimo en llegar a Pisos Picados, mañana se paga la vianda!!!”
Leo lo empuja también y le ríe: “Claro, total mañana decís que te cortaron el wifi y te tengo que perdonar, como siempre”.
se siguen empujando, hasta que Leo pisa mal el último escalón. Los dos pasos que tarda en incorporarse son tan ridículos, que desea que ella no los vea. Ella los ve. Sonrisa.
Menudita, 15 años. Ojos claros y tristes.
Muy bonita. La conoce, obvio. La menor del clan Altamira
PLAFFF!!!
choca y cae.
El grandote de 4º año lo levanta como si nada:

-“QUÉ TE PASA, IDIOTA?!”
Ahi recien el chico lo mira
-"No, perdón, fue sin querer..."
-“nom, peidóm, Fue zim keded! 
El gordito le agarra el brazo al grandote
-“Fue sin querer, amigo!” 
El grandote, tono amenazante, lo gasta: 
- Vos callate, ¡¡¡Mccombo de grasa!!!
El gordito sintió la humillación por la risa generalizada.
Pero no aflojó.
El más chico cambió la mirada. Ya no había sorpresa ni conciliación:
-“Esos McCombos los producen tus padres nada más”
El grandote no entendió pero ya que se incluyera a sus padres en la frase le daba mala espina: -¿¿¿Qué te pasa con  mis viejos, escarbadientes???- Aprieta el puño
La mano de la jovencita en su hombro. Riendo dulce, pícaramente.
- Jaja, Renato, después te lo explico camino a casa, dale? jaja.
Todo el grupo se rió y dejando a los dos amigos detrás, ella termino:
-...son chicos.
El chico se arregló la camisa.
Medio avergonzado por lo que ella dijo.
Sin poder evitar ver la tristeza en los ojos de la jovencita, 
El gordito lo miró esperando su okey y salieron.. 
La presencia de una mujer en la vereda dividía la multitud en madres que la envidiaban y padres que no sabían disimular.
-¿Estás bien, Leonel?
El chico fue hacia ella, como si nada:
- Hola mamá. Sí, bárbaro.

El gordito le dio un empujón muy leve: -"El último la paga!!!"
Saludando a la madre de su amigo salió corriendo hacia su padre
Mamá- De que habla Alejo?
 -"Su eterna ilusión de que alguna vez me va a ganar en algo al fornite, ma."
Su madre lo reprende simpáticamente:
-“No seas malo, ...es tu amigo, no?!!!”
-“Mamá, qué loser sos! Los juegos no son para mostrar piedad o sentimientos.
Son terapéuticos por eso. No hay amigos. Hay equipos, o clanes, o escuadrones. Y Ale y yo no estamos en el mismo."
-"y ¿en qué equipo estás vos?"
-"En ninguno. No me gustan los equipos"
Por un instante, la madre creyó ver algo muy íntimo suyo reflejado en su hijo:
- "Pensé que pasó algo con el hijo de los Mayo Urúa..."
- "¿Renato? Nada, ma, no existe"
- "Ah, bueno, si vos lo decis,.."
Ve como Leonel mira disimuladamente que la chica Altamira sube a una limusina, vigilada por el tipo delgado, pulcro y con mirada de víbora de siempre.
- "...para mí es suficiente."
Aceleran el paso,  hacia un coche en la esquina, encendido
-"Bueno, no hagamos esperar a tu papa, que por algo especial vino hoy a llevarnos a la plaza."
Leonel resopló. Iba a llegar último. A perder. Mucho más que una vianda.




SEMANAS MÁS TARDE...

"Todavía no sé bien cómo fue el accidente. Fui armando un rompecabezas con los días, con los testimonios. Gente presente que se salvo, o que andaba por ahí. O pasajeros del colectivo. Algunos escucharon como reventó la goma. Otros que volvían a su casa por la avenida y pudieron frenar o volantear cuando el colectivo giró bruscamente a través. 
¿Cuántas posibilidades hay de que pase algo así ? Osea, mi prima me había contado que su marido estaba en unas investigaciones pesadas, y esto generaba rispideces entre los dos por los posibles riesgos para Leonel.  

Aparentemente, el papá los llevó a la plaza para cerrar el tema con su mamá. Le da el celular a Leo para que juegue un poco más lejos del banco donde se sentó a hablar con mi prima."

La joven morena, preocupada, ojos en ninguna parte, pausa. Atento. el médico, cerca de los treinta, mira hacia la puerta, del cuarto del piso superior. Cero ruido. Cero luz. 
Conmovido más de lo acostumbrado por la joven:
-"Sinceramente, Consuelo..." ensayó fallidamente unas palabras. Pero ella siguió:.
"Dicen los que lo vieron que Leonel iba derechito a ponerse en camino del colectivo embobado con el celu. Pero se frenó, como atendiendo una llamada, y eso lo salvó, digamos. Por lo menos de lo que les pasó a los padres.”

La voz se suaviza, y sigue: "Una desgracia...¿con suerte?. Lo que vino después no tiene nombre. Imposible no relacionar las investigaciones del padre. Sino, ¿por qué camino al hospital, desaparecen sus cuerpos junto con la ambulancia que los llevaba? Leonel no llego a saber si estaban vivos. Ni si estaban muertos. ¿Cómo puede una criatura enfrentar eso? Lo está matando lentamente, y no sé cómo revertirlo...." termina, casi quebrada, Consuelo.
-"Consuelo...-retoma el doctor.-... lo revisamos lo más concienzudamente posible. Ni yo, ni nadie de mi cuerpo médico, vimos un caso así en nuestra carrera. No se parece a nada de lo que hayamos siquiera leído, o escuchado de algún colega" la miró. Ella no iba a interrumpirlo hasta que le dijera lo que necesitaba saber. "... se deja manejar, responde a las órdenes, pero parece ausente, como si no le importara en absoluto lo que sucede a su entorno..." ella inclinó la cabeza, tratando de entender lo que le estaba diciendo, pero sin emitir palabra. "... tiene la actitud de un adulto" mirándola fijo a los ojos y haciendo una dolorosa pausa, que frenó en seco la reacción de Consuelo "...senil. La de un adulto senil. Un chico de 12 con la actitud frente a la vida de un viejo de 75..." la morocha respiró profundamente.
"vamos a seguir investigando, se lo prometo" asintió firmemente el doctor, se levantó del sillón y ella lo acompañó hasta salir hacia el atardecer ventoso, nublado.  Casi se sorprendió por el roce del hombre que intempestivamente lo cruzó:
“Buenas tardes, soy Aaron Marduk, de Marduk y Rodgers, traigo este envío para Leonel J. López" La chica frunció el entrecejo, mientras agarraba el sobre. Iba a preguntar... "de parte de Julián López". Consuelo se quedó muda. El tipo aprovechó eso para retirarse rápido. 


La puerta se fue abriendo luego de tres respetuosos golpes, dejando paso a la inútil luz exterior. Consuelo entra al cuarto. Pone el sobre arriba de la mesa de luz al lado del niño recostado y susurra: "Leonel, esto te acaba de llegar. Te lo hizo llegar tu papá." Ella lo miró un instante esperando una reacción. suspiró con una mueca de "resignación", salió del cuarto y cerró la puerta, quedando pensativa. Se fue alejando, sin notar que, bajo la puerta, dentro del cuarto, una luz intensa se imponía a la par de un suave zumbido que jamás haría prever el tipo de juego despiadado y sin sentimientos que se iba a empezar a gestar ahí dentro, a partir de ese dia. El último de lo que fueron sus vidas.








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